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Cables y Fundas para Frenos y Cambios - Conexiones Seguras y Resistentes
Aunque las bicicletas son vehículos que admiten componentes inalámbricos, aún incluyen muchos cables encargados de sus funciones principales. Por un lado, los cables de freno de bicicleta son cada vez más precisos y agilizan la comunicación entre componentes; por el otro, las fundas de cambio garantizan la resistencia del cableado que participa en la transmisión, siempre en peligro de abrasión o daños colaterales por culpa de un obstáculo. Tanto si ruedas sobre una bicicleta de carretera o una MTB, para mayor tranquilidad, te conviene disponer de un kit de cables y fundas de recambio. Leer más
Características de los cables y fundas
Para empezar, va bien recordar que los cables y las fundas de frenos y cambios no son intercambiables. No solo tienen distinto diámetro, el terminal también es diferente. Salta a la vista cuando los tienes en la mano, pero en caso de las compras online, es conveniente recordarlo antes de hacer el último clic. También has de tener presente que, aunque las marcas ofrecen algún que otro cable universal, podría darse el caso de que existan diferencias entre los cables destinados al cambio delantero los que participan en el cambio trasero, diferentes en longitudes y comportamiento respecto a los componentes que recorren.
De este modo, el cable de desviador clásico puede encontrarse en:
- Acero. Material económico y de enorme resistencia a los impactos. Por contra, es el más pesado, algunos gramos extra respecto a sus competidores; y menos flexible, de ahí que sea menos manejable en variantes del ciclismo que requieren mucha maniobra. En los cables de freno suele ofrecerse trenzado.
- Acero inoxidable. Algo más caro que el acero convencional, compensa esta diferencia con una grandísima resistencia a la oxidación. Su nombre no engaña, así como su legendaria ductilidad. Suele ser el material más habitual en estos componentes.
Los cables de freno de bicicleta pueden mejorarse con tratamientos que los vuelven aún más resistentes y duraderos, capaces de mejorar su ergonomía de forma drástica y hasta de reducir las fuerzas de desplazamiento en un porcentaje elevado, como en el caso de las lubricaciones de silicona. Por otro lado, gracias a las capas adicionales de polímero, llamado Teflón® o PTFE según el fabricante, hasta el cable de bicicleta más básico se convierten en un conector fiable y hecho para durar. Esta fricción reducida, en algunos casos, llevada a cifras espectaculares, logra que la palanca de cambios responda con eficacia en cualquier circunstancia. Sin retrasos en los cambios de la bicicleta y, sobre todo, durante esas situaciones donde las condiciones del terreno son cambiantes… ¡y peligrosas!
Por su parte, las fundas, como revestimiento, tienden a ser impermeables a lo largo de su superficie, extremos incluidos. El objetivo es ofrecer la más alta durabilidad posible, evitar en todo lo posible el roce con el cable, es decir, reducir el traqueteo y todos esos ruidos insoportables que ocurren cuando los cables de bicicleta chocan entre sí. En el caso de que quieras personalizar tu bici o darle un toque de color, muchos de estos cables de freno se ofrecen en vivos colores que resaltan claramente su función y otorgan a la bici un detalle estético de gran atractivo.
Relación de los cables y las fundas con los tipos de bicicletas
Cada fabricante de cables y fundas dispone de una serie de estándares en su catálogo. A partir de ahí, todo depende de las características de tu bici y lo ambicioso que te sientas al personalizarla. A los ciclistas aficionados o casuales ya les van bien los materiales clásicos, aunque nunca está de más que su juego de cables de freno incluya todas las mejoras posibles: que sean duros de pelar y lo suficientemente impermeables para que confíes en ellos incluso bajo un chaparrón. El tema de la lluvia siempre está presente, en especial, en aquellas bicicletas con sistemas de frenado basados en pastillas de freno, por lo general, bastante sensibles a la humedad.
En cambio, al hablar de competición, tanto en montaña como en carretera, la elección de los cables y las fundas siempre depende de los materiales disponibles, como los polímeros para los cables y los forros interiores para las fundas, conocidas por mejorar considerablemente el rendimiento general del freno.
Manguitos de cable de freno - Todos los extremos cubiertos
Las puntas de cable son una protección específica para todo el cableado cuya proximidad corre riesgo de empalme. Son cilindros en forma de cabezal por los que pasa el cable, y al igual que los cables de freno y las fundas de cambio, los encontramos en aluminio y en acero según el fabricante. Para mejorar la identificación del cable que protege (y, una vez más, hacer que tu bici sea más chula), el manguito puede adquirirse en diferentes colores más allá del plateado estándar.
Los ciclistas que vivís en regiones en las que se dan lluvias regulares, estos manguitos os ofrecen un extra de seguridad, ya que el interior de la funda queda impermeabilizado y también resiste mejor a la intemperie, si es que tu bici duerme en el exterior o cobertizos.
¿Cuánto duran los cables de freno de bicicleta y las fundas de cambio?
Por lo general, hablamos de recambios de bicicleta duraderos. Todo depende del uso. Por ejemplo, en un uso casual y recreativo no deberías preocuparte en exceso por reemplazarlos, a no ser que sea evidente que tanto el cable como la funda ya no rinden como se espera de ellos. Un cable de freno en mal estado se delata por su aspecto, ya esté doblado, deshilachado o, directamente, roto. Otro problema habitual que nos obliga a sustituir cables y fundas es la oxidación, en especial, si no has empleado la bici en un tiempo y te olvidaste por completo de limpiarla o lubricarla con regularidad. Al producirse dentro de la carcasa, no te darás cuenta de ello hasta que vuelvas a pedalear; advertirás que el frenado es distinto y que la palanca de freno es menos manejable.
Los ciclistas profesionales, en cambio, deberíais plantearos una sustitución anual, o por temporada, todo dependerá de si alargas la práctica ciclista más allá de las estaciones cálidas.