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¿Qué entendemos por accesorios para ciclocomputadores?
Los ciclocomputadores y los pulsómetros son cada día más sofisticados y ofrecen datos relevantes sobre el rendimiento en tus salidas. Incluyen tu eficiencia al pedalear y cómo responde tu cuerpo a los esfuerzos. De este modo, sabes en todo momento hasta dónde puedes llegar. Lo mejor de todo es que estas funciones son ampliables con otros accesorios, así que puedes llevar la monitorización a otro nivel añadiendo, por ejemplo, una banda de frecuencia cardíaca a tus accesorios. Los ciclocomputadores y los pulsómetros emiten y reciben información constantemente, así que están abiertos a nuevas fuentes de datos.
Ciclocomputadores o pulsómetros - ¿Qué elegir?
Ambos accesorios son muy parecidos. Quizá las dimensiones del ciclocomputador sean superiores, pero esto deviene de su uso, ya que irá fijo al manillar de la bici. En cuanto a las funciones, también son casi idénticas, si bien los mapas suelen mostrarse mejor en pantallas más grandes.
Pasando a las diferencias, verás que son funcionales. Los pulsómetros, al llevarse en la muñeca, son útiles una vez te bajas de la bici. Puedes emplearlos en otras disciplinas y seguir sumando datos a tu rendimiento.
El ciclocomputador, en cambio, solo da servicio en la bicicleta, eso sí, ese servicio es muy profesional, con datos concretos que jamás podrías alcanzar con el pulsómetro de gama baja, ya que conseguir datos más precisos sería a través de un modelo más costoso. Incluso con un ciclocomputador de gama baja dispones de un alto rango de información.
En el fondo, la elección depende de tus necesidades.
Tipos de accesorios para ciclocomputadores y pulsómetros
Los siguientes son algunos de los accesorios para ciclocomputadores y pulsómetros más habituales, así como otras piezas de electrónica relevantes en la obtención de unas mediciones exactas.
Sensores de cadencia y velocidad
Los sensores de cadencia y velocidad registran las vueltas que da la rueda de la bici. Suele instalarse en una de las bielas, en el lado contrario del cambio. A partir de ahí, comenzará la transmisión de datos. Los verás aparecer en la pantalla de tu ciclocomputador junto a otros datos relevantes como la velocidad. Lo único que tendrás que hacer, dependiendo de la sofisticación de tu modelo de ciclocomputador, es introducir la longitud de la rueda para que la medición sea lo más precisa posible.
¿Y de qué sirve medir la pedalada? Pues de mucho, ya que con el sensor de velocidad y cadencia de pedaleo puedes detectar cambios llamativos en tu ritmo o saber cómo respondes en circunstancias especiales, como en los ascensos. Te ayudará con tus puntos flacos pero también a detectar los puntos fuertes y sacarles el máximo provecho.
Pulsómetros y medidores de frecuencia cardíaca
Los pulsómetros destinados al ciclismo difieren de los pulsómetros de running y otras disciplinas. La disposición es la primera diferencia, ya que suelen ubicarse en el manillar para mejor visualización. A la hora de medir la frecuencia cardíaca, los datos vienen de una banda pectoral que se coloca en el pecho y que casi ni se advierte. Su proximidad al corazón logra que los datos sean precisos.
Algunos pulsómetros van más allá en sus funciones y facilitan la lectura de la saturación de oxígeno en sangre, un dato que puede ahorrarte sustos derivados del sobreesfuerzo o una preparación insuficiente. Funcionan de forma parecida a los aparatos que se emplean en medicina para medir esta saturación. Son más habituales en relojes inteligentes, donde el contacto con la piel y las pulsaciones son más constantes.
Entre los mejores accesorios para pulsómetros encontramos una amplia variedad de soportes, desde los que se instalan en el manillar de la bicicleta a los que se sujetan por medio de pinzas y corras a la ropa; por no hablar de las siempre necesarias fundas, idóneas cuando cambia la climatología y la lluvia pone en peligro tan sofisticados artilugios electrónicos.
Qué tener en cuenta al comprar una banda pectoral
Las bandas pectorales que miden la frecuencia cardíaca se asemejan a cinturones, aunque esconden una poderosa tecnología dentro de ellas. Lo primero que debes saber es que son ergonómicas y en ningún momento interfieren en la práctica del ciclismo o de otras disciplinas en las que quieras utilizarla. También son resistentes, ya que tienen que soportar las altas temperaturas que genera el cuerpo, así como el efecto del sudor. Por ello las fabrican con materiales impermeables que incluso se pueden sumergir y seguir transmitiendo valiosos datos.
Como accesorios para ciclocomputadores, las bandas de frecuencia cardíaca deben asegurar la transmisión de datos. De ahí que empleen protocolos más que conocidos en el deporte como Bluetooth y ANT+ o sean compatibles con plataformas de entrenamiento virtual como Tacx o Zwift. Cada fabricante tiene sus predilectas y te lo especificará en las instrucciones. En algunos casos, los datos se pueden transmitir de inmediato o postergarlos para cuando ya estás en casa y puedes volcarlos en un ordenador.
Gracias a esta función, y más allá del ciclocomputador, el monitor de frecuencia cardíaca puede hacer equipo con tu reloj inteligente e incluso independizarse de este. Al igual que otras marcas de smartwatch, las bandas ofrecen datos como los pasos realizados, la intensidad de tus desplazamientos, el tiempo que has empleado y las calorías que quemaste.