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Electroestimulador Muscular: la Herramienta que Llevará tu Entrenamiento a otro Nivel

El electroestimulador muscular ha ganado importancia en el entrenamiento en los últimos años. Nacido como herramienta terapéutica, los avances científicos lo han convertido en la actualidad en una forma de acelerar los resultados de tu rutina. Cualquiera puede probar sus virtudes, con diferentes modelos según la musculación que quiera desarrollar. Leer más

¿Cómo funciona un electroestimulador muscular?

El electroestimulador muscular es un aparato que simula los impulsos en el sistema nervioso necesarios para que los músculos se contraigan o se relajen. Su función es poner a trabajar los músculos en circunstancias en los que estos no pueden, como por ejemplo, durante una lesión. Por esta misma lógica, al emplearlos durante un entrenamiento, básicamente, estamos multiplicando la intensidad de la rutina. A más trabajo del músculo, más posibilidades de que éste incremente su volumen o se desarrolle en menos tiempo.

De todos modos, hay que tener en cuenta que este sobreesfuerzo no es algo natural, así que el electroestimulador muscular debe utilizarse estratégicamente o podrías lesionarte.

Usos habituales del electroestimulador muscular

Los electroestimuladores musculares surgieron en el siglo XX, durante la carrera espacial. Fueron empleados por los cosmonautas rusos para recuperar o ganar tono muscular de cara a sus ejercicios en gravedad cero.

De ahí pasaron a la medicina deportiva y demostraron ser perfectos para tratar lesiones y daños musculares. Al actuar sobre zonas muy concretas, el electroestimulador muscular puede poner a trabajar los músculos sin molestar a los que están dañados, algo que con el entrenamiento habitual no puede hacerse con la misma eficacia debido a la infinidad de conexiones nerviosas entre nuestros músculos.

Con la popularización de esta tecnología, podemos encontrar electroestimuladores musculares en la mayoría de centros de rehabilitación. Los resultados son llamativos, destacando principalmente su uso en:

  • prevención de la atrofia muscular
  • tratamiento de contracturas
  • potenciar y aumentar la musculatura
  • aumentar la fuerza y la estabilidad de las articulaciones
  • ganar potencia en general
  • pérdida de peso
  • mejorar la higiene postural
  • incrementar la elasticidad
  • disminución del ácido láctico

Con el tiempo y el abaratamiento de los electroestimuladores musculares, esta electrónica tan útil ha accedido a nuestro día a día. Es habitual verlos en los gimnasios, como parte de los servicios que estos ofrecen o como iniciativa de los usuarios que los emplean en su rutina.

¿Cuándo usar el electroestimulador muscular?

El electroestimulador muscular no es una solución mágica, aunque al usarlo obre auténticos milagros. Requiere una pauta muy concreta para rendir al 100%, y mientras quedarse corto con ella no supone un problema, excederse puede acarrear serias consecuencias a nuestro cuerpo.

Los expertos recomiendan usar el electroestimulador muscular durante el entrenamiento. Ni antes ni después. Aunque veas a gente haciéndolo, lo más común es que tus músculos y el electroestimulador trabajen en equipo. Esta colaboración no debería superar los 20 minutos y, como mucho, debería repetirse dos veces a la semana.

No te dejes llevar por la impaciencia. A todos nos gustaría ver como nuestros músculos crecen y se moldean en el menor tiempo posible, pero está en juego tu salud, así que, en caso de que optes por un uso intensivo del electroestimulador muscular, consulta antes con un profesional para que te guíe y paute los pasos a seguir.

El motivo por el que no debemos abusar del electroestimulador muscular es científico. Una sesión de crossfit con un electroestimulador que trabaje en la mayor parte del cuerpo puede generar un gasto de 3000-4000 calorías. No es un gasto inmediato pues se reparte entre los siguientes tres días. En este tiempo, tu musculatura sigue activa, trabajando por la regeneración de los músculos. Es lo que los expertos llaman EPOC, el consumo de oxígeno por ejercicio. Si a este periodo de “tregua” le introduces una nueva sesión de electroestimulador muscular, qué ocurre, pues que los músculos no llegan a descansar y comienzan a aparecer los problemas, como las micro roturas fibrilares, tan comunes en deportistas de élite como los corredores de fondo, en los levantadores de pesas y, claro está, en aquellas personas que nunca hacen ejercicio y, de pronto, se someten a un esfuerzo intenso.

La clave, en cualquier caso, es descansar cuando toca e hidratarse muchísimo.

Características del electroestimulador muscular

Los electroestimuladores musculares presentan diferentes formas según el uso que queramos darle, aunque los más habituales son aquellos que se componen de una serie de electrodos y un dispositivo que los controla.

Los electrodos se ubican en zonas concretas según los músculos a trabajar. Tan solo te has de preocupar de activar el programa que necesites y atender a los parámetros que el dispositivo arroje.

Aunque con los electrodos es suficiente, algunos modelos llevan esta tecnología un nivel más allá y la trasladan a prendas completas, como fajines y pantalones que tonifican abdominales y glúteos respectivamente.

En los últimos años, el electroestimulador muscular se ha ido liberando de todo aquello que, en sus principios, era engorroso, como los excesivos cables o la forma en la que se monitorizaban los progresos. Ahora, lo habitual en el mercado es encontrarnos electroestimuladores inalámbricos con numerosas funcionalidades, como programas específicos según la zona a trabajar y conectividad online que nos permite enviar los resultados a una web segura.

Programas y Frecuencias

La frecuencia a la que trabaja tu electroestimulador muscular decide los resultados que obtendrás. Antes de comprarlo, presta atención a este dato pues puede serte de ayuda a la hora de decidirte por uno u otro modelo.

Los electroestimuladores musculares presentan un rango de frecuencias que, habitualmente, va de 1Hz a 120Hz. De 1-3 Hz va bien para descontracturar, así que sería el equivalente a un masaje suave. De 4-7 Hz sube la intensidad, aunque aún nos movemos por cifras destinadas a la relajación. De 8-10 Hz, el electroestimulador trabaja por el aumento del flujo sanguíneo, por la capilarización. De 10-33Hz es una frecuencia orientada a la resistencia aeróbica, mientras que de 33-50 Hz hablamos de tonificación muscular. A partir de 50 Hz y hasta los 75, lo usamos para aumentar la fuerza y la resistencia, mientras que la última franja, la de 75 a 120Hz estaría dedicada a la obtención de fuerza explosiva.

Masajeadores musculares

Sin ser electroestimuladores musculares, cumplen una función igual de necesaria. Ideales para la preparación y recuperación del músculo, los masajeadores deportivos son accesorios fáciles de transportar que pueden intervenir en cualquier momento del entreno.

Los masajeadores son útiles en sesiones de calentamiento o, tras la rutina, colaboran en la relajación de los músculos o la reducción de dolores derivados del esfuerzo. Adoptan variadas formas, aunque la habitual se asemeja a una pistola acabada en una bola de silicona intercambiable, según el caso. Se adaptan tanto a las superficies a tratar como a la mano que los sostiene.

Otra opción práctica son los rodillos y las bolas de masaje, perfectos para cuidar los músculos antes y después de una sesión de fitness.