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Luces Para Bicicletas - Guía de Compra Definitiva
Indispensables en condiciones de visibilidad reducida, las luces para bicicletas son un accesorio de ciclismo que debe adaptarse a los requerimientos de la ruta. No solo facilitan la marcha, también aportan seguridad, ya que, al igual que te interesa ver con antelación los obstáculos del camino, lo mismo les ocurre a otros vehículos, que no quieren verse sorprendidos por un ciclista inesperado. Las luces delantera y trasera son una necesidad en ciclismo tanto MTB como de carretera; unos accesorios sofisticados que podrás cargar a través del USB y con una instalación sencillísima. Leer más
En este apartado encontrás los siguientes puntos de interés:
¿En qué consisten las luces para bicicletas?
Las luces para la bicicleta son unos productos dentro de la electrónica de una bicicleta que aportan la iluminación necesaria en condiciones de luz baja o nula.
La creencia popular piensa que son opcionales. Todo lo contrario. La Ley exige el uso de luces en todas las bicicletas, ya sean de uso recreativo, de competición, de carretera, urbanas o MTB, y siempre en franjas nocturnas.
Más allá de los momentos previos al amanecer y tras la caída de la noche, a lo largo del día existen muchos momentos en que pueden ser necesarias. Por ejemplo, debes activarlas al atravesar túneles o pasos inferiores, donde la visibilidad no está garantizada. Lo mismo ocurre con los días de lluvia y de niebla, donde las condiciones de visión quedan mermadas.
¿Dónde se instalan las luces para bicicleta?
Principalmente, en dos ubicaciones, aunque estas pueden reforzarse con luces adicionales o elementos reflectantes que ayuden a identificar la bici en la oscuridad. Cada ubicación presenta una instalación distinta y se relaciona diferente con la bicicleta.
Luces delanteras - Una iluminación necesaria
Las luces delanteras son una luz de posición de color blanco que suele instalarse en la parte frontal del cuadro. Estos accesorios presentan una leve inclinación para que apunte directamente a la línea de visión de los automóviles, los principales vehículos ante los que deberías identificarte.
Las luces delanteras requieren de un haz amplio. El más habitual es el elíptico, de mayor rango, aunque los últimos modelos ya ofrecen diferentes modos de luz pensados para diferentes situaciones y modalidades ciclistas.
La luz trasera - Tu posición en todo momento
La luz trasera de la bicicleta es una luz de posición similar a las luces delanteras. En este caso, cambia el color, que es rojo. Recomiendan acompañarla de un catadióptrico es del mismo color, y eso sí, que no sea triangular.
El catadióptrico es un accesorio de señalización que refleja fuentes de luz externas, del mismo modo que lo hacen los detalles reflectantes de un chaleco o prenda deportiva. En sí, actúa de refuerzo o de último recurso en el caso de que tu luz trasera se haya averiado.
Fijación de las luces
La fijación de las luces de bicicleta varía según el tamaño de estas. Las pequeñas no requieren mucho trabajo, basta con usar una abrazadera que permiten quitarlas y ponerlas con facilidad. En sí, es un procedimiento universal que podrás replicar en la totalidad de modelos de bicicleta. Por lo general, la abrazadera es de silicona o de materiales plásticos flexibles o en forma de pinza.
Las luces de bicicleta más voluminosas requieren de sujeciones mayores, lo bastante robustas para no descolgarse a causa de su propio peso o el traqueteo de la ruta.
La luz trasera de bicicleta ofrece un amplio repertorio de espacios en los que montarse, como la tija de sillín, el guardabarros o el portaequipajes. Cada modelo presenta una eficacia y unos amarres distintos.
En cuanto a las luces delanteras, lo más habitual es montarlas en el manillar o sobre la horquilla. Todo depende de si has elegido una luz desmontable. La horquilla queda reservada para las luces de bicicleta eléctrica, alimentadas por dinamo o cargadas previamente vía USB.
No nos olvidemos que, aparte de en la bicicleta, también puedes instalar luces en tu casco, si bien no deberías depender exclusivamente de este tipo de luces porque, al volverse o mirar a ambos lados, el foco de luz se desplaza contigo y perderías visibilidad.
Normativa de luces de bicicleta
La normativa del ciclismo dice que no se puede circular a ciertas horas sin el apoyo de unas luces para bicicleta, aunque también recomienda incluir elementos reflectantes adicionales que pueden ir en los radios de las ruedas o en cada pedal.
Además, el uso de prendas reflectantes es fundamental para que, en conjunto, tu bici sea visible a una distancia de 150 metros en vías interurbanas y 300 en otros escenarios. El incumplimiento de estas recomendaciones puede derivar en multas que oscilan entre los 75 y los 100 euros.
La ley es menos estricta en lo que a luces parpadeantes se refiere. En las bicicletas de carretera y MTB sí están permitidas, incluso la DGT se pronunció positivamente al respecto en 2018. En cambio, están prohibidas en vehículos superiores, al menos en lo que se refiere a luz delantera y trasera, ya que los indicadores de dirección siguen siendo parpadeantes.
Las luces parpadeantes de bicicleta quizá iluminen menos, pero son más llamativas ante el resto de vehículos. Lo único que debes tener en cuenta cuando las emplees es que su uso no afecte a otros conductores, ¡no vayas a deslumbrarlos!
Lúmenes recomendados
El lúmen es la unidad de flujo luminoso del Sistema Internacional. La identificarás por la abreviatura lm. Según el fabricante, te encontrarás que, en lugar de lúmenes, se emplea el lux, que equivale a un lumen por metro cuadrado.
En sí, los lúmenes determinan cuánta luz puede generar una fuente en un amplio ángulo. Esta luz será constante e interesa que se mantenga uniforme tanto en el centro de enfoque como en los extremos.
Para entender los lúmenes con los que trabajan la luz delantera y trasera para bicicleta, hay que atender a las especificaciones del fabricante. Nos interesa conocer la distancia a la que se calcularon tales valores, así como el diámetro del haz de luz. Parecen datos muy técnicos e incluso puedes llegar a pensar que cualquier luz vale, pero piensa que, a más diámetro, más visibilidad tendrás y, por lo tanto, y en según qué disciplinas, lo tendrás más fácil para identificar los obstáculos a tiempo.
Las combinaciones entre potencia del haz, su anchura y distancia depende de cada marca de luces de bicicleta. Tú decides qué te interesa más. A más potencia, más claridad, pero también has de tener en cuenta que esa potencia no se disperse por los bordes, algo que, por ejemplo, al rodar de noche puede darnos problemas para distinguir el quitamiedos.
Tipos de sistemas de iluminación
La historia de las luces de bicicleta discurre paralela al propio desarrollo de las bicis. Con el tiempo se han afianzado tres tipos de iluminación.
La primera, bastante obsoleta, es la luz de bombilla clásica. Es asequible, ya que representa a una tecnología más que superada, pero aún se pueden encontrar muchas bicicletas urbanas, de MTB y carretera que las siguen manteniendo. La luz de bombilla es pobre y poco potente en comparación con los otros tipos de luz delantera y trasera para bicicletas.
La bombilla halógena es el paso evolutivo de las bombillas tradicionales. Todas las ventajas que genera en rendimiento las antepone en consumo, que acostumbra a ser elevado debido a las temperaturas que alcanza. Con el tiempo, las bombillas led han ido desplazándolas.
La tecnología led domina el mercado. No solo generan más luz que otras bombillas, también consumen menos energía y su vida práctica es llamativa, con alrededor de 100.000 horas de uso para el led medio.
Reflectores y lentes
Otro aspecto de las luces para la bicicleta, capaz de determinar su efectividad, parte de su propio diseño. En la actualidad, con tantas tecnologías disponibles en el mercado, las luces se dividen en tres grandes grupos: luces con reflectores, con lentes o con un juego de espejos.
Los reflectores de siempre son productos que han perdido interés en el ciclismo. Los podemos encontrar en productos básicos, económicos, en los que no importa el control de la luz. La bombilla ilumina hacia el exterior y cualquier matiz en su ángulo de dispersión depende de la forma del reflector.
En cuanto a las lentes, suelen dar más juego. Por sus características, favorecen la gradación de la luz; no es un foco “en bruto” como ocurre con los reflectores. Eso sí, ese chorro luminoso también está disponible, por si necesitas concentrar la visibilidad en un punto.
Los reflectores actuales superan las flaquezas del resto de modelos, ya que la disposición de la bombilla interactúa con el espejo. De este modo, el control de la luz es total, y más cuando entran en juego tecnologías que ofrecen hasta media docena de modos de iluminación.
La tecnología es tu mayor aliada en lo que a luces para la bicicleta se refiere, ya que, a la regulación del haz se suman otras funciones atractivas, como vincular las luces al GPS, cargarlas de forma independiente con USB y optimizar al máximo su uso. Algo menos de qué preocuparte.