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Características de los espejos retrovisores para bicicleta
Los espejos retrovisores para bicicleta son un sencillo accesorio que multiplica la visibilidad sobre la bici. Se suma a otras medidas de seguridad obligatorias, ya que el retrovisor no es obligatorio. Muchos ciclistas deportivos prescinden de él, ya que supone un extra de peso en la bicicleta, así como un elemento que rompe con la aerodinámica del vehículo. En cambio, los ciclistas recreativos y aquellos que se embarcan en rutas de bikepacking, agradecen un retrovisor en su manillar, no sea que otros vehículos les sorprendan en sus aventuras. En este caso, lo importante es la anticipación.
Los retrovisores para bici presentan formas variadas. La mayoría son circulares o rectangulares con puntas redondeadas por motivos prácticos (la mencionada aerodinámica) y estética (le dan un toque muy chulo a tu bici). Todos son fáciles de instalar, tienen poco mantenimiento y son muy económicos si tenemos en cuenta lo útiles que son. La compatibilidad también destaca, ya que se adaptan a todo tipo de manillares, ya sean de bicicletas de carretera, bicicletas eléctricas y, aunque sean menos necesarios, en bicicletas MTB.
Retrovisores de manillar
Los tipos de espejos retrovisores más habituales se instalan en el manillar de la bici. Los puedes encontrar con una abrazadera regulable con correa, botón o velcros ultraresistentes. Son más versátiles porque puedes ponerlos en cualquier tramo del manillar, a tu gusto, o en tubos próximos a tu campo visual, como la horquilla.
Esta categoría incluye modelos que se acoplan en el extremo del manillar. Tan solo tienes que quitar el tapón del puño y ponerlo en su lugar. El efecto es el mismo. Son idóneos para manillares planos. Básicamente, te has de preocupar de que sea compatible y adaptar un poco tu conducción, ya que son el tipo de retrovisor que más sobresale.
Retrovisores de casco
Aquellos ciclistas que quieren su manillar libre de accesorios, tiene la opción de elegir un espejo retrovisor para casco. Estos retrovisores son pequeños y se acoplan a tu casco, lo que implica unos cuidados mínimos durante la instalación y el uso. La conducción cambia porque siempre están presentes en tu campo de visión, aunque, por otra parte, son rápidos de consultar.
Lo importante en ambos casos es que no te tengas que dar la vuelta para saber qué está pasando a tu espalda. Del mismo modo, compensan circunstancias en las que el ruido del tráfico te impide oír el sonido que hacen otros vehículos al aproximarse a tu bici.