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Piñones de Bicicleta - Tracción de Alta Calidad

Los piñones de bicicleta requieren especial atención. Como encargados de la tracción de la rueda trasera, su número determina los límites que puede recorrer tu bicicleta. Una pieza sometida a enormes tensiones y cuya configuración puede darte grandes alegrías cuando afrontas tramos complejos, como las subidas de un recorrido de montaña. El número de piñones involucrados en la transmisión de tu bici determinan las marchas de esta y, en general, pueden cambiar por completo tu estilo de conducción. ¿Quieres velocidad? Atiende al peso de los piñones para obtener un mejor rendimiento. Leer más

¿Cómo son los piñones de bicicleta?

Los piñones de bici son unas piezas circulares en forma de estrella y que encontrarás en diferentes tamaños. Al combinarlos con el plato de la bicicleta, la estrella de mayores dimensiones, estos se sincronizan para darle tracción a la rueda trasera.

Cada modelo de bicicleta ofrece un número distinto de piñones, incluso entre bicicletas orientadas a la misma disciplina pueden existir notables diferencias. En sí, los piñones representan a las marchas disponibles, la relación entre velocidad y facilidad de pedaleo que presenta tu bicicleta en distintos escenarios, ya no solo en llanos o en asfalto, también en subidas y descensos que, sin dudas, suponen los tramos más exigentes.

Los piñones de bicicleta acostumbran a fabricarse en acero o aleaciones de una dureza similar como el aluminio con mecanizado CNC, un tratamiento tecnológico que se caracteriza por eliminar las capas innecesarias de algunos metales para aumentar así su resistencia y su durabilidad. Los piñones de bici también presentan diseños que responden a estándares de las principales marcas o exhiben combinaciones de colores que favorecen su identificación o, simplemente, embellecen el cassette. Los orificios que verás en su superficie facilitan la sincronización con el resto de piñones, cada uno de ellos con un diámetro que representa a la “marcha” que cada piñón ofrece.

Otro aspecto que condiciona la compra de un piñón de bicicleta es el número de dientes disponible, o sea, las puntas de la estrella de su contorno. Esta combinación vuelve a depender del tipo de ciclismo que llevas a cabo. Lo que sí has de tener en cuenta es que, a mayor número de dientes, mayores las dimensiones del plato.

A los piñones de bici se les suele pedir lo siguiente:

  • Compatibilidad amplia con las cadenas de bicicleta más habituales en tu variedad ciclista.
  • Peso reducido que, no solo se obtiene con los materiales empleados, también con los tratamientos a los que estos han sido sometidos, como el fresado o el anodizado.

La configuración de los piñones o velocidades durante la marcha se regula a través de los desviadores. Existen dos, uno encargado de los platos (el delantero) y uno trasero del que responden los piñones. Ambos desviadores se accionan desde el manillar por medio de las palancas de velocidades; el rendimiento de la bici depende de tu maestría con ambos. Otra opción son los cambios electrónicos, competencia feroz del mecánico, ya que ofrece una sencillez y precisión de la que los ciclistas se enamoran al probarla.

Los piñones y las velocidades de la bicicleta

La cifra de velocidades disponibles en tu bicicleta surge de la multiplicación de los platos delanteros por los piñones traseros. A más número de platos/piñones, más velocidades dispondrás. 

La cifra de piñones es realmente ambigua, ya que cada uso de la bicicleta define el estándar. El rango habitual es 1-11. Las bicicletas de una sola marcha suelen ser bicis sencillas, como las de gama más baja, las infantiles o modelos clásicos en los que actúa una pizca de nostalgia. Al contar con unas marchas tan reducidas, cualquier eventualidad del camino debe solucionarse por medio de esfuerzos físicos, algo a lo que, si eres un ciclista urbano, no acabes de acostumbrarte. En cambio, las bicicletas de montaña admiten mayor número de piñones debido a las características del terreno, donde sí o sí tendrás que jugar con las velocidades para no acabar rendido en la primera cuesta.

Mantenimiento de los piñones de bicicleta

Si bien los piñones de bici son componentes hasta cierto punto económicos, al estar sometidos a fuertes tensiones, tienden más que otras piezas a desgastarse. Un piñón con sus dientes desgastados pierde su razón de ser; reduce el rendimiento notablemente e incluso puede dar serios problemas a otras piezas de la transmisión.

El seguimiento de los piñones es sencillo, comenzando por una especial atención a su relación con la cadena, sobre todo, si entre ellos se rozan en exceso. Si adviertes que la cadena se salta alguno de los dientes del piñón o estos exhiben una forma cada vez más redondeada, ha llegado el momento de sustituirlos. Puedes hacerlo tú mismo con las herramientas adecuadas o dejar la tarea en manos de un profesional.

Como el barro y el agua tienden a acumularse entre los piñones, estos requieren especial atención tras cada salida en la que hayan estado en contacto con estas sustancias. La limpieza es fundamental, el secado también; ten en cuenta que, cuanto más tardes en plantarle cara al mantenimiento, más complicado se hará este, ya que el barro seco, probablemente, te obligará a desmontar el cassette y tratar individualmente cada piñón.

¿Piñón fijo o libre?

Este dilema atañe a disciplinas como el BMX, donde la presencia de un piñón fijo puede ser beneficiosa en muchos trucos. Por lo general, las bicicletas salen de fábrica con piñones libres, aquellos que permiten que la rueda gire por inercia, incluso cuando no pedaleas. Con el piñón fijo, sin pedaleo no hay giro, ofreciendo una experiencia similar al frenado que muchos riders aprovechan en sus maniobras.

Más allá del BMX, el piñón libre es útil para aquellos ciclistas que quieren prescindir de las marchas o prevenir el descarrilamiento de la cadena. Gracias a este tipo de piñón pasas a modo single-speed, donde tu bici se parecerá a una bici clásica pero con las prestaciones de una bicicleta moderna.