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Cascos de Descenso - Protección Integral para Downhill

Los cascos de descenso son la máxima expresión de un diseño específico. Requieren resistencia, confort y un aerodinamismo que responda en todas las circunstancias, ya que el descenso es, posiblemente, una las disciplinas del ciclismo de montaña en las que una salida del guion puede costarte muy, pero que muy cara. Por ello se construyen en materiales ultrarresistentes, con formas heredadas del motocross y una serie de protecciones internas que no se limitan a absorber el impacto, también a guiar la cabeza durante la conmoción. Leer más

¿Cómo son los cascos de descenso?

El descenso (downhill en inglés, abreviado DH) es una disciplina dentro del ciclismo de montaña que destaca por las vertiginosas velocidades que podemos alcanzar sobre nuestra bici. Básicamente, consiste en recorrer un sendero lo antes posible, eso sí, en descenso, de ahí que esta variante ponga tan a prueba los reflejos y la concentración.

Los circuitos de descenso son algo más que senderos aprovechados por las personas para su ocio ciclista, también se adaptan para incrementar el desafío. Muchos añaden rampas y drops que los riders deben sortear o aprovechar en su beneficio.

Por todo esto, ya te debes imaginar las velocidades que alcanza una bicicleta de descenso y la importancia que cobran las protecciones. El casco de descenso es la principal de todas ellas, ya que la cabeza es la parte del cuerpo que con más facilidad puede quedar “vendida” durante un accidente. Además, aunque a nadie le guste romperse un brazo o una pierna, siempre son preferibles a sufrir una fractura de cráneo.

Los cascos de descenso se diseñan con el siguiente cometido: proteger, proteger y nada más que proteger. Ofrecen protección integral y sus formas procuran, en lo posible, respetar la aerodinámica de conductor y bicicleta. Recuerdan mucho a los cascos de motocross, de ahí que se diga tanto eso de que el downhill es la F1 del ciclismo de montaña.

Al margen de su resistencia, el casco de DH debe ser cómodo, que encaje bien en tu cabeza para que las tecnologías y protecciones incluidas actúen con eficacia. Igualmente, debe contar con elementos transpirables para que no te acalores al ponértelo. Aunque el descenso sea un ejercicio de velocidad y concentración, también es un esfuerzo: el cuerpo reflejará este hecho en la sudoración.

Materiales

Los cascos de descenso, al igual que ocurre con los cascos MTB, gozan de los mejores materiales del mercado. Predominan las fibras de carbono, caracterizadas por una excelente relación calidad/peso. El carbono aparece en la carcasa del casco y, en algunos modelos, también refuerzos y secciones como la visera, aunque lo general es que en esta destaquen los materiales de origen plástico.

El titanio se ha convertido en un capricho entre los ciclistas. Más resistente que el carbono, también es muy liviano al aplicarlo a los cascos de bicicleta, con resultados impresionantes en disciplinas como el enduro y el downhill, donde prima tanto la velocidad.

Protección

Más allá de la carcasa, allí donde se concentran los esfuerzos de los fabricantes de cascos de bicicleta, los cascos también cuentan con protecciones menos rígidas que también son decisivas en caso de impacto. Suelen ser espumas ubicadas en zonas concretas que, aparte de acolchar, ayudan a que el casco encaje anatómicamente en la cabeza. Muchas de ellas son extraíbles para facilitar la limpieza o disponen de puntos de anclaje que ofrecen un ajuste óptimo.

Ventilación

La transpirabilidad del casco de descenso pasa por las espumas y las mallas, pero también por todos los orificios a través de los que ventila la cabeza. También se concentran en zonas estratégicas, con cortes concéntricos que se suman al propio diseño del casco, dándoles esas formas tan chulas que tanto influyen a la hora de comprarlos. No nos olvidemos que comprar un casco de descenso es una obligación por seguridad, pero también una decisión estética que te distinga del resto.

Los cascos de descenso pueden llegar a contar con 24 ventilaciones repartidas entre las frontales, las superiores, las laterales y las traseras. Pueden llegar a ser más, o incluso menos, siendo lo más importante aquí cómo te sientes tú con un mayor o menor número. Escucha a tu cuerpo. Suele ser importante en los cascos de mujer, ligeramente distintos a los cascos de hombre por detalles en apariencia insignificantes como la extensión del cabello o sutilezas en la forma del cráneo.

Que el cráneo transpire no evita la sudoración al 100%. En estos casos, las mejores marcas de cascos de downhill fabrican sus almohadillas con fibras antimicrobianas y de secado rápido.

Tecnologías avanzadas

La forma de los cascos de descenso ya es un logro del diseño. Si a eso sumamos lo que no se ve, las tecnologías que operan en el interior, nos encontramos con unos cascos integrales que nada tienen que envidiar a los que se usan en motociclismo.

El primero a destacar, convertido en estándar por muchas marcas, es el sistema MIPS, orientado a los impactos rotacionales. El conflicto entre el choque y la inercia es la base de muchos daños cerebrales en este tipo de deportes; con el sistema MIPS, la carcasa puede enfrentarse a la súbita desaceleración mientras la protección interna hace lo propio con la inercia, evitando así que el cerebro se “agite” en una dirección distinta al cráneo.

La segunda tecnología a destacar concentra sus esfuerzos en la zona central inferior del casco, reduciendo así el castigo en la zona del cuello, hombros y columna. No hace falta sufrir un accidente para que estas secciones acaben por lesionarse, basta con el traqueteo de los baches para que, a la larga, tengas que pasar por el osteópata.

La talla de tu nuevo casco de descenso

Los cascos tienen tallas. No temas, que la tuya está representada. Por lo general, ocurre como con muchas prendas, los fabricantes aconsejan que, si te encuentras entre dos tallas, escojas siempre la más grande y dejes que las espumas interiores se adapten progresivamente al cráneo.

En cualquier medida, estas espumas siempre parece que aprietan más de la cuenta, pero también has de pensar que son materiales adaptables y, como ocurre con el calzado, siempre se hacen un poco a tus formas.