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Sillas de Bici para Bebés: Disfruta del Ciclismo en Familia

Nadie debería renunciar al ciclismo por ser madre o padre. Integra al nuevo miembro de la familia con una silla de bici para bebés que sea cómoda y segura. Ideal tanto para las salidas de fin de semana como para los desplazamientos interurbanos, una bici con silla de bebé enriquecerá la experiencia del peque y reforzará los vínculos con sus padres. Leer más

¿Cómo son las sillas de bici para bebés?

Las sillas de bici para bebés son un accesorio que, como su nombre indica, adopta forma de silla ergonómica. Se instala en la propia bici, ofreciendo según el modelo diferentes ubicaciones que modifican sustancialmente la experiencia de conducción. La silla de bebé se diseña con especial interés en la seguridad, añadiendo una serie de detalles que incrementan la protección del niño en caso de accidente y efectivos arneses que evitan en todo momento que el pequeño se libere y pueda caer de la bicicleta.

¿Cuándo usar una silla de bebé para bicicleta?

Las sillas portabebés son recomendables a partir de que el niño o la niña pueden sentarse erguidos y ya demuestran capacidad para mantener esa posición sin fatigarse. Este momento acostumbra a darse a partir de los 12 meses, pero cada niño es un mundo y esta cifra podría variar. En algunos países, por ejemplo, está terminante prohibido transportar al bebé con este método hasta que no supera el año de edad. A partir de ahí, el modelo determina el tiempo que podrá seguir empleándola, ya que, por su diseño y dimensiones, cada silla de bebé admite un rango distinto de edad y peso.

Lo importante en cualquier caso es que el bebé o niño adopte una postura cómoda y esté bien sujeto a la silla de la bicicleta, que su cuerpo descanse durante el trayecto, sin riesgo a lesión por culpa de una mala higiene postural.

Ante todo, es recomendable que se respeten los límites de peso establecidos por el fabricante de la silla portabebés, ya que, de superarlos, ponemos igualmente en riesgo la estabilidad de la criatura.

Esta medida queda establecida por cada fabricante, ya que entran en juego los materiales, el diseño y el lugar que ocupará el niño en la bicicleta. Es mejor guiarse por el peso y no por la edad porque cada peque presenta una constitución distinta.

Las sillas de paseo estándar admiten niños de hasta 15 kilos de peso. Existen excepciones que llegan hasta los 20 kilos e incluso los 25 kilos, aunque lo más normal a esas edades es que el peque ya disponga de una bicicleta para niños para sus salidas y juegos.

¿Cómo conducir una bicicleta con silla de bebé?

Incluir una silla de bici para bebés cambia la experiencia de conducción. Añade un peso adicional que puede alcanzar los 25 kilos si tenemos en cuenta el peso del niño y de la sillita en sí. Tu equilibrio cambia, por ello, antes de salir por vez primera con tu peque, practica con un peso equivalente. Por ejemplo, apoya en la sillita una mochila de proporciones similares y cárgala con un peso similar al de tu hijo. A partir de ahí, practica la marcha y, sobre todo, los arranques y los frenados, que suelen ser los momentos más comprometidos. Una vez los domines, rueda por un camino conocido y recorre diferentes superficies.

En todos estos casos, la seguridad es lo más importante. Los dos debéis llevar casco. En el caso del peque, uno resistente, cómodo y con ventilación en caso de que circules mucho rato bajo el sol.

Ubicaciones de las sillas portabebés

Antes de comprar una silla de bebé para bicicleta deberías atender al diseño de tu bicicleta. Según el diseño de la bici y el tamaño del cuadro, tendrás más o menos posibilidades de encajar la sillita, siendo cuatro las posiciones posibles.

La primera, es la silla de bebé trasera montada en el cuadro. Son las más habituales y sencillas de instalar, no necesitarán de accesorios adicionales como una parrilla. Eso sí, si tu bici no admite este tipo de sillas, jamás lograrás unirla al cuadro. La compatibilidad aquí es fundamental, por lo que tendrás que atender a las dimensiones del tubo del sillín y la posición de este, ya que si está muy atrasado, lo más probable, es que choque con la silla de bici para bebés.

La segunda opción ubica la silla de bebé en la parrilla trasera, en el portaequipajes. Si la bicicleta lo incluye, has tenido suerte; en caso contrario, este accesorio de bicicleta es fácil de comprar e instalar. Facilitará las cosas el que el tubo del sillín cuente con ojales, una pareja de orificios que suele pasar inadvertida, pero que ayuda a afianzar la parrilla. Algunos padres y madres también tienen en cuenta que la bicicleta disponga de frenos de disco, ya que reciben considerablemente el espacio disponible para el portaequipajes.

Las sillas portabebés delanteras van bien para sentar a niños pequeños. Estos asientos miden unos 25 cm, por lo que debería existir esta distancia entre la potencia y el sillín de la bici. El cuadro también debe adaptarse, así que la disposición de los tubos es fundamental para evitar posibles incompatibilidades. Piensa que, de no tenerlo en cuenta, lo más probable es que el pedaleo sea dificultoso.

Las sillas de bebé centrales se asemejan a las delanteras aunque estén más retrasadas. Son versátiles, hasta el punto que pueden instalarse en una bicicleta de montaña. Destacan por facilidad de montaje. Solo has de tener en cuenta que estas sillas de bici para bebés acostumbran a prescindir de los arneses complejos, así que su uso queda acotado a niños mayores, ya que tendrán que agarrarse por su cuenta en la mayoría de situaciones.

Múltiples ventajas de las sillas portabebés

Más allá de la facilidad de transporte, las sillas de bici para bebé ayudan a que el niño le pierda el miedo al ciclismo. La transición a su propia bicicleta infantil será más sencilla. Por otra parte, se sentirá más partícipe de las dinámicas familiares y estas se agilizarán gracias a un medio de desplazamiento sostenible como la bicicleta. La idea es pasárselo bien en familia.