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Luz Trasera de Bicicleta - Iluminación Potente para Carretera y Montaña

La luz trasera para bicicleta es una medida de seguridad esencial que cumple una doble función: garantizar tu visibilidad y cumplir con la normativa vial. Es crucial que esté bien instalada para que otros vehículos puedan detectarla fácilmente, especialmente en carretera, donde las condiciones de luz pueden cambiar repentinamente (túneles, pasos inferiores). Conocer bien las luces de ciclismo y entender sus funcionalidades es vital para tu seguridad. Leer más

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La luz trasera de la bicicleta - Normativa y recomendaciones

Las luces traseras de bicicleta presentan la misma variedad de modelos y marcas, similar a las luces delanteras de bicicleta. El requisito principal es que estas sean rojas. No es un capricho, es una necesidad, ya que en la oscuridad parcial o total de un recorrido nocturno, los otros conductores deben estar en sobre aviso si tu bicicleta se acerca o se aleja. El rojo les indica que hay una bici delante desplazándose en su misma dirección. Además, el rojo es un color que el ojo humano percibe más fácilmente. Es más sencillo reaccionar ante él que ante otros colores del espectro.

Lo recomendable en cualquier foco trasero de bicicleta potente es que esta pueda percibirse a 200 metros, como mínimo. Para ello, la luz trasera se hace acompañar de un catadióptrico que no sea triangular para que así no se confunda con los de otros vehículos, como las motocicletas. Es crucial que todos estos productos estén homologados para garantizar la proyección eficaz de la luz.

En cuanto a su uso, las luces para bici potentes en general se emplean en condiciones de poca luz. Incluye cualquier hora entre el atardecer y el amanecer, la circulación por pasos inferiores y túneles, así como el tránsito en días muy lluviosos o caracterizados por la niebla. En todas estas situaciones, la normativa exige que tus luces traseras estén encendidas para mejorar tu visibilidad.

Instalación de las luces traseras de bici

La instalación en la parte trasera de la bicicleta es esencial pero puede variar. Las luces traseras de bicicleta acostumbran a instalarse en la tija del sillín o en el tubo del propio asiento, pero como, en el fondo, se sostienen gracias a abrazaderas, técnicamente también pueden fijarse al bastidor de carga.

La elección del lugar determina el diseño de la luz, ya que aquellas que van en la tija se adaptan a la inclinación de esta. Lo importante, en cualquier caso, es que el haz de luz discurra paralelo al suelo.

Evita en todo momento que otros componentes de la bicicleta tapen la luz. Es muy fácil que la carga o prendas holgadas como una chaqueta bloqueen la luz trasera de la bici. Si esto ocurre, te estás poniendo en riesgo.

Materiales y accesorios de las luces traseras de bicicleta de carretera

La resistencia de los materiales es fundamental en usos extremos. El uso recreativo no requiere tanto, así que cualquier material plástico dará buenos resultados. En cambio, por ejemplo, en una competición de BMX, las luces de bicicleta sufrirán la agresión del barro, el polvo y los guijarros que proyecten el resto de bicis. Los arañazos están al orden del día, al igual que la suciedad, que puede alojarse en el foco. En tales casos, te interesan materiales más robustos o de menor adherencia.

Algo parecido ocurre con las abrazaderas o los sistemas de agarre de la luz trasera. La firmeza es fundamental, pero en el caso de algunos modelos, también la elasticidad, ya que funcionan como lo haría un cinturón. Es muy probable que quites y pongas la luz trasera de tu bicicleta tras cada uso intensivo, al menos, para limpiarla, de ahí la necesidad de unos materiales equilibrados, como la silicona. A los ciclistas también les interesan los sistemas que no requieren herramientas, por si tuvieran que ajustar la posición de la luz durante la marcha.

Otro elemento a destacar es el número de leds instalados en la luz trasera de bici potente. Si tus luces pertenecen a este tipo de iluminación, te interesará saber que, a más leds contenga, más combinaciones de luz se pueden obtener. Algunas luces traseras de bicicleta permiten modular el haz de luz según nuestras necesidades.

Salvo aquellas luces que funcionan a través de una dinamo, las luces traseras de bici acostumbran a emplear baterías de litio recargables. Te interesa que la carga de la batería sea rápida y a través de USB. En el mercado existen modelos que en tres horas ya están a máximo rendimiento. También es recomendable que la luz incluya una pequeña pantalla que indique su carga actual, así te evitas sorpresas antipáticas en medio de la marcha.

Algunos de estos productos gozan de sofisticados accesorios para luces de bicicleta, como sistemas de encendido y apagado automático. Acostumbran a funcionar por medio de un dispositivo de geolocalización que informa en todo momento de la luz disponible. Es recomendable en rutas transitadas por primera vez, en las que tienes una ligera idea del recorrido, si bien desconoces el número de túneles que saldrán a tu encuentro.

Otra tecnología igual de efectiva es la del sensor integrado en la luz trasera. En lugar de que le digan al sistema si es de día o de noche, el sensor mide el brillo de la luz ambiental y, a partir de ahí, ajusta la iluminación del foco.

Ambas opciones te ahorran el estar pendiente de encender o apagar la iluminación o depender de un cableado que puede resultar, hasta cierto punto, molesto en competición.