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Acoples de Manillar - Confort y Aerodinamismo Fácil
Hay quien dice que los acoples de manillar son cosa del pasado. Otros aseguran que la tendencia vuelve, que los manillares cada vez son más planos y es necesario reducir la fatiga durante la marcha. La cuestión es que estos acoples, los llamados “cuernos” de bicicleta, son actualidad en el momento en que diseño y tecnología se alían y los riders salen beneficiados. Leer más
En esta sección encontrarás los siguientes puntos de interés:
Ventajas de los acoples de manillar
Los acoples de manillar de MTB o cicloturismo fueron populares en una época en la que los diseños de las bicicletas no habían llegado aún al nivel de perfeccionamiento que existe en la actualidad. Eran necesarios por higiene postural, porque gracias a ellos los brazos adoptaban una posición más abierta de agarre. El primer beneficio de este diseño era una mejor respiración.
Al margen de esto, que ya de por sí es importante, los acoples de manillar reducían la fatiga general del ciclista, ya que gracias a ellos podía cambiar de posición con facilidad. Se advertía especialmente durante las subidas, pues se hacían más llevaderas al adelantar el peso.
Del mismo modo, las manos tienden a descansar más con ellos, ya que puedes sustituirlas, al menos durante un rato, por los antebrazos, que realizan un trabajo similar.
Con el tiempo y la entrada de modelos de bicicleta más sofisticados, los cuernos de bicicleta cayeron en desuso. ¿De qué servía instalarlos si los manillares ya adoptaban una forma parecida?
La cuestión es que la tendencia ha comenzado a invertirse, ya que los manillares son cada día más planos y, según la disciplina, vuelven a requerir un cambio de estrategia sobre la bici. Los acoples de bicicleta se han convertido en un potente periférico para iniciados, para nostálgicos y para aquellos ciclistas que saben extraerle el máximo beneficio a cada recurso disponible. De este modo, la decisión de instalar unos acoples se convierte en un asunto de principios.
¿Cómo son los acoples de manillar?
Cada marca ofrece acoples de manillar distintos, pero todos respetan en mayor o menor grado la curvatura de un manillar convencional. Suelen instalarse en el propio manillar, en un ángulo que varía según tu constitución y hábitos ciclistas. Recuerda que la idea es que, al emplearlos, adoptes una postura cómoda.
Por lo general, los acoples son ligeros y aerodinámicos. Su presencia no debería aumentar en exceso el peso de la bici. Acostumbran a fabricarlos en aluminio o fibra de carbono, materiales conocidos por su combinación de ligereza y resistencia. Para compensar esta robustez, los acoples se complementan con almohadillas de espuma que vuelven el agarre más llevadero y fiable.
Algunos modelos incluyen reposabrazos que rotan para obtener la mejor postura en cada instante y que pueden regularse en distintas alturas. En sí, todo en ellos está pensado para ofrecer más momentos de descanso a tus brazos y así recuperar fuerzas en los tramos complicados.
A la hora de montarlos, se emplean herrajes discretos que pueden estar a la vista o parcialmente ocultos, como ocurre en las barras clip on. Estos anclajes son firmes y seguros, fáciles de personalizar y manipular con las herramientas adecuadas. Tú mismo puedes instalarlos sin ser necesariamente un manitas.
La cosa se complica ligeramente cuando quieres ir más allá y pedirle al acople cierta compatibilidad con las manillas de freno o los cambios. De ese modo, podrás llevar a cabo maniobras habituales en el manillar desde el propio acople, sin necesidad de cambiar entre ambos y perder unos segundos de reacción preciosos.
A nivel estético, los acoples de manillar ofrecen un amplio repertorio. Los hay discretos, sobrios, pensados para complementar al manillar y el cuadro, mientras que otros expresan la inventiva de sus desarrolladores con una amplia paleta de colores y decoraciones a tu disposición.
Tipos de acoples de manillar
Existen tres grandes modelos de acople de manillar en el mercado. En parte, dependen de la forma del manillar. Se reconocen por su forma, capaz de redefinir la marcha por completo.
Recomendados para el cicloturismo, estos acoples facilitan los cambios de postura más que otros modelos. Al regularlos, podrás definir mejor tu estrategia en subidas y descensos.
Acoples de manillar levemente curvos
Este tipo de acople funciona con los manillares de doble altura, conocidos por ser más bajos en la zona de la potencia y un poco más altos en los extremos, a modo de uve. Se han vuelto populares porque son una opción poco exigente, apropiada para marchas ligeras sin desniveles importantes.
Acoples de manillar rectos
Estos modelos de manillar adoptan formas discretas. Por lo general, son cortos y funcionan de forma parecida a los manillares rectos de bicicleta. Apreciados por su diseño, son tan funcionales como estéticos.
Instalar un acople de manillar
La instalación de los acoples de manillar tiene poco misterio. Solo debes ir con cierto cuidado, tal y como harías con otras piezas, ya que, al encajarlos, ni debes quedarte corto ni excederte con la fuerza empleada, pues podrías dañarlos o estropear el manillar al que los unes.
Eso sí, durante la instalación, no los ajustes al máximo porque, antes de hacerlo, tienes que comprobar en qué posición te serán más cómodos. Una vez subido en la bici y ajustada la inclinación, puedes proceder con el atornillado definitivo.
Atiende a las instrucciones de atornillado porque cada fabricante es un mundo. Algunos requerirán un movimiento similar al de las agujas del reloj, mientras que otros te exigirán el contrario.
Una vez el acople ya forma parte de la estructura de tu bici, acuérdate de limpiarlo cada cierto tiempo. No requiere excesivas atenciones, pues con un trapo húmedo podrás enfrentarte a la mayoría de manchas.