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Funda para Bicicleta para Transporte y Almacenaje

La bicicleta te lleva a todas partes, pero ¿qué ocurre cuando la transportada es ella? Las fundas para bicicleta solucionan esta eventualidad. Aunque muchos transportes públicos ya habilitan espacios para dejar las bicis durante el trayecto, otros, como trenes, autocares y aviones, tratan la bici como un bulto más, uno que debes empaquetar correctamente para que llegue intacto. A partir de ahí, tú decides la resistencia de la funda, que puede ser blanda o rígida, incluir o no ruedines o sistemas de anclaje para el coche capaces de soportar baches e inclemencias meteorológicas. Leer más

Tipos de fundas para bicicleta

Las fundas para bicicleta son accesorios que se reúnen en dos tipologías principales: las hay flexibles, bolsas plásticas y adaptables que ofrecen una protección modesta contra los golpes; y fundas rígidas, carcasas con una tolerancia importante al traqueteo y los baches. Aunque cumplan la misma función, varían en esa resistencia, en el peso global y en la forma en la que los componentes de la bici se reparten por el interior. En ambos casos, la bicicleta suele ir desmontada o plegada, si la bici lo permite, para optimizar el espacio disponible. En cuanto a la compatibilidad, la gran mayoría de bicicletas pueden guardarse en una funda. Para bicicletas de ruedas grandes, consulta antes las especificaciones del fabricante, no vayas a llevarte una sorpresa tras recibirla en casa.

Fundas protectoras

Las fundas protectoras son las más básicas del mercado. En sí, son coberturas fabricadas en tejidos flexibles que cubren por completo la bicicleta cuando descansa bajo techo o en un lugar abierto. Son ideales para combatir el polvo, la lluvia u otros factores ambientales que pueden deteriorar la pintura y las piezas. A diferencia de modelos avanzados, estas fundas no son útiles en los desplazamientos, ya que ni incluyen asas ni una estructura con ruedas que facilite el movimiento. Únicamente protegen, que tampoco es baladí.

Fundas flexibles

Las fundas flexibles para bicicleta consisten en bolsas amplias que acostumbran a cerrarse con velcros y cremalleras. Se fabrican en materiales ligeros, resistentes ante el sol y la lluvia y gozan de estabilidad gracias a una estructura rígida en la base. Muchas vienen con asas y/o con ruedas. Por su parte, el interior se muestra acolchado y compartimentado, con tiras que fijan las piezas principales.

Una vez empleadas, este tipo de fundas se doblan fácilmente hasta ocupar un espacio reducido. Una característica que se agradece si dispones de almacenaje justo en casa.

Las fundas flexibles son las más económicas del mercado; las encontrarás en formas redondeadas y rectangulares

Fundas rígidas

Las fundas rígidas para bicicleta representan a la gama alta de las fundas. Se fabrican en materiales robustos como algunos modelos de maletas, con un diseño efectivo y detalles acolchados y reforzados con espuma pensados para amortiguar cualquier impacto. Si bien todas incluyen ruedas para facilitar el desplazamiento, otras llevan esta función a otro nivel con ruedines más resistentes, asas en diferentes puntos de la estructura y anclajes compatible con el coche, al modo de sistemas de transporte como los portabicicletas. Los diseños avanzados también incluyen articulaciones que elevan la carcasa sobre el maletero.

Estas fundas para bicicleta son consistentes, atractivas, con numerosos compartimentos y bolsas específicas para cada pieza. Los cierres también son espectaculares, con cremalleras de seguridad pensadas para pasar los controles de los aeropuertos. Modelos específicos añaden un sistema antirrobo homologado que cumple las normas TSA (Transport Security Administration).

Aunque sean menos económicas que las fundas flexibles, van de perlas en viajes en barco o avión, donde el equipaje está abandonado a su suerte y es más susceptible de llevarse un buen golpe o rozarse al contacto con otros bultos.

Fundas para accesorios

Puestos a proteger la bicicleta, podemos ir más allá con fundas específicas para cada componente. Las hay para todos los gustos: cubrerruedas, cubrecadena, cubrebatería (en el caso de las bicicletas eléctricas) o cubrehorquillas. Cualquier pieza susceptible de romperse en los vaivenes de un gran trayecto cuenta con su propia funda.

Más allá de esta evidente preocupación, las fundas para accesorios son útiles durante la limpieza o el mantenimiento de la bicicleta. Por ejemplo, los protectores para los discos de freno evitan que estos se ensucien mientras operamos sobre otras piezas. En la bici se emplean numerosos productos que pueden contaminar los discos, como aceites, grasas y abrillantadores que dejan restos. De no limpiarlos a tiempo pueden secarse, complicar la limpieza o, peor, obligarte a sustituir toda la pieza. Con una funda específica evitas este tipo de manchas. También te ahorras desmontar toda la rueda cuando quieres trabajar en una sección específica. Naturalmente, no todas las fundas permiten el enfundado con la bici montada.

Consideraciones sobre las fundas de la bicicleta

A las bolsas para bicicleta se les puede exigir ciertos extras que te hagan la vida más fácil y, sobre todo, que cumplan unos requisitos mínimos de calidad.
Eso sí, antes has de tener presente el medio de transporte en el que viajará la bici, ya que no todas las fundas de bicicleta permiten el acceso a aviones. Las compañías no se responsabilizarán de ciertos modelos: pueden considerarlos endebles o pensar que superan el peso recomendado. Ocurre a menudo con las bolsas sin ruedas, las que se transportan por medio de un asa. Suelen ser las que más trabajo dan a los operarios, ya que obligan a almacenarlas en pie o de formas poco ortodoxas que pueden derivar en daños.

Atiende a las especificaciones de la bolsa para saber si tu bicicleta es compatible. Por lo general, el rango es alto, pero cuando entramos en el terreno de las customizaciones, cabe la posibilidad de que algún componente no encaje. Sobre todo, atiende a la medida de las ruedas, pues son las que suelen dar más problemas en este sentido.

En cuanto al desplazamiento, busca siempre que este sea cómodo. Las ruedas deben ser multidireccionales, lo más silenciosas posible y el fabricante debe ofrecer recambios en caso de rotura. Las asas también deben ser firmes, reforzadas y a su vez cómodas al tirar de ellas o colgarlas de la espalda, ya que algunos modelos incluyen esta opción de transporte que, si bien requiere un mayor esfuerzo físico, puede ser realmente práctica.