En esta sección encontrarás los siguientes puntos de interés:
¿Qué es una potencia de bicicleta?
La potencia de bicicleta es un accesorio de aspecto sencillo que se ubica entre el manillar y la dirección de la bici a través del tubo de dirección de la horquilla. Sirve de nexo entre ambos componentes y se suma a la geometría de nuestra bicicleta, por lo que su diseño influye principalmente en nuestra comodidad y no entra en conflicto con los frenos. Este confort es el que permite que arriesguemos más en situaciones comprometidas de la carretera, siendo las más comunes aquellas en las que la bici ve amenazada su estabilidad a causa de la velocidad.
De este modo, la potencia de la bicicleta permite que las direcciones estén más bajas y sean más manejables, por no hablar de los beneficios que aporta a la propia estructura de la dirección, ya que, a más maniobrabilidad, el riesgo de que las piezas se deterioren es también menor.
En sí, la potencia de bici amplía tus límites sin pagar un alto precio, ya que la comodidad patrocina la inclinación del cuerpo, y ya sabes las ventajas que unos centímetros tienen en cuestión de velocidad.
¿Cómo elegir una potencia de bicicleta?
Primero, hay que tener en cuenta el tipo de bicicleta en la que se instalará. En el mercado existen potencias para bicicleta MTB, potencia para bici de carretera y potencias BMX. Aunque los beneficios son similares, el rigor de cada disciplina hace variar desde los materiales al propio diseño que las marcas aplican a la potencia.
En sí, la gran mayoría de estos productos se fabrican en aluminio. También las hay en carbono, aunque en número menor, ya que una de las características principales de la potencia es que sea resistente y podamos fiarnos de ella tanto si está montada en una bicicleta de carretera, una de montaña o una bicicleta eléctrica. Las potencias de carbono, en cambio, son ligeras, recomendables para ciclistas avanzados que saben compensar con su experiencia cualquier cambio de diseño y peso en su bici. Aunque varían poco, cada material ofrece una conducción distinta.
Pero el factor que realmente define el uso correcto o incorrecto de la potencia de nuestra bicicleta es la longitud. Las hay de diferentes extensiones, siendo las más largas aquellas que facilitarán tu inclinación. Las medianas y cortas propician posturas más rectas, idóneas para marchas menos rigurosas. Por ello, antes de todo, interesa que conozcas la bici en la que instalarás la potencia y, como no, no estaría de más que tuvieras en mente cómo conduces, ya que quizá no eres tan flexible como crees y el extra de inclinación que proporciona la potencia resulta innecesario.
Conoce los tipos de potencias
Los dos tipos de potencias de bicicletas disponibles en el mercado se diferencian por el método de unión con el cuadro.
Las potencias roscadas se encuentran en modelos de bicicleta clásicos. Sin que hayan pasado de moda, suelen verse menos en bicicletas nuevas. Este tipo de componentes se instalan dentro del tubo de dirección de la horquilla y quedan fijadas por la parte superior gracias a un tornillo. Este ejerce la presión necesaria para que la potencia se mantenga firme.
Las potencias sin rosca, también llamadas sistema ahead, son más comunes. Presentan una forma cilíndrica de, alrededor, unos 10 cm y se instalan entre manillares y horquillas. Aunque también cuentan con tornillos que refuerzan la fijación al tubo de la horquilla, se permiten un sutil desplazamiento sobre el eje vertical de esta, cambiando así el comportamiento general de la bici.
Medidas relevantes de las potencias de bicicleta
Los diseños de las potencias de bicicleta varían según los objetivos de compra. Por ejemplo, para salidas en las que prima el rendimiento, como puede ocurrir en competición, interesa que la potencia sea larga, de más de 100 mm. Si le sumas una mínima inclinación, todo dependerá del ciclista, que buscará en la postura y potencia de pedaleo la ventaja que desea.
El ciclista estándar prefiere potencias que van de los 60 a los 100 mm. ¿Por qué? Porque la postura será, indudablemente, más recta y, por lo tanto, más cómoda. Puede combinarse con inclinaciones de 10-15º para lograr una experiencia más confortable.
El caso extremo aparece en las potencias para bicicletas MTB y sus modalidades más exigentes, donde las potencias son cortas (0 a 60 mm) y las inclinaciones pueden llegar a los 20º. La idea es lograr una alta maniobrabilidad a través de la postura que, por lo general, se obtiene retrasando la posición.
Potencias de bicicletas regulables en altura
Otra característica presente en la potencia para bicicleta es la capacidad para regular la altura a la que va sentado el ciclista. Los diseños pueden ser largos o cortos y siempre han de tener en cuenta la estatura del ciclista y los requerimientos de la disciplina.
A más cortas estas potencias de bicicleta regulables en altura, mayor el control que ejercemos sobre la bici. Solemos verlo en bicicletas all mountain o enduro o, por otra parte, en bicicletas de talla pequeña.
Al contrario, las potencias regulables más largas acostumbran a verse en bicicletas de carretera, donde las necesidades del ciclista priorizan el aerodinamismo sobre el confort. Estos productos también son idóneos para deportistas más altos.
Diámetros de la potencia
Aunque la compatibilidad es elevada, las potencias de bicicleta se diseñan para diferentes tipos de manillar. Para saber cuál es la compra correcta, atenderemos al diámetro de este. A partir del resultado, encontramos tres tipos de potencia:
- 26mm o 25,8mm. Dos medidas casi idénticas que se relacionan con manillares estrechos, de la vieja escuela.
- 31,8mm. También llamado oversize, es el más popular del mercado. Se caracterizan por una mayor anchura y rigidez y la encontrarás en bicis de montaña y MTB.
- 35mm. Con tendencia a encontrarse en bicicletas de montaña. Es la más robusta, rígida y fiable para los manillares de estas bicis.