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Potencias para Bici de Carretera - Gana Confort y Aerodinamismo
Las potencias para bici de carretera son un componente indispensable en la unión del manillar con la bicicleta. La elección no es sencilla, ya que intervienen factores como la longitud y la inclinación. Una mala decisión te puede ocasionar molestias en la espalda e impedir que extraigas el mejor rendimiento de tu bici. Otro aspecto de interés son los materiales, con diferencias significativas entre las potencias de carbono y las de metales algo más pesados como el acero y el aluminio. Con estos consejos tienes la garantía de que compras un producto de calidad y orientado al rendimiento. Leer más
Cómo elegir la potencia para la bicicleta de carretera
La potencia para bici de carretera es un periférico al que tienes que prestar atención desde que adquieres la bici. Muchas bicicletas llevan potencias de serie que no se corresponden con las medidas de los ciclistas que las usarán, así que, tarde o temprano, advertirán molestias durante o tras la conducción, como tensión en los hombros y posibles dolores de espalda.
La forma idílica de llevar a cabo el bike fit es dejarlo en manos de profesionales, con un estudio biomecánico que determine los pros y contras de tu pedaleo, pero como nunca está de más ahorrarse un dinerillo, puedes hacerlo tú mismo con tan solo una cinta métrica y un poco de sentido común.
Una vez te pongas a ello, te interesa atender a dos medidas fundamentales: la longitud y el ángulo de la potencia de carretera.
Otro aspecto al que atender cuando compras potencias para bicicletas de carretera es la instalación. Puedes encontrarlas roscadas o no roscadas (threadless), así como integradas o de montaje directo. Las más habituales en el ciclismo de ruta son las no roscadas, unidas al tubo de dirección por unos tornillos. Las roscadas son menos habituales y están orientadas al ciclismo recreativo. Por su parte, las integradas conllevan riesgos, ya que no puedes cambiarla sin sustituir también el manillar. En cuanto a las potencias de montaje directo, no las tengas en cuenta ya que están destinadas al Down Hill.
Longitud de la potencia de carretera
La longitud atiende a la medida de la potencia, pero no de punta a punta, como podríamos pensar: las medidas parten de los dos orificios en los que se encaja, el que va en el manillar y el que se ajusta al cuadro. Si tomas un metro y mides desde la parte central de ambos, te saldrá la longitud exacta de la potencia en milímetro.
Aunque el rango de potencias es amplio, lo habitual es centrarse en los tres siguientes. Ten en cuenta que son medidas orientativas, ya que algunas marcas cuentan con modelos intermedios en su catálogo:
- 70 mm
- 100 mm
- 130 mm
Cada medida responde a un tamaño distinto de ciclista: las potencias de 70 mm suelen ir bien a ciclistas de 1,60 m o menos, mientras que las de 100 mm se reservan para ciclistas que rondan el 1,70-1,75 m; finalmente, las potencias de 130 mm tienen buena acogida entre los conductores que superan el 1,80 m. Luego puedes encontrarte casos llamativos como las potencias de carretera de 150 mm, excepciones pensadas para ciclistas con complexiones muy concretas.
En lo que todos los profesionales están de acuerdo es que la longitud de la potencia para bici de carretera condiciona, no solo la postura, también tu capacidad de reacción. Las potencias cortas dan una mejor respuesta que las largas, por ejemplo, si bien se puede entender como una conducción más inestable. En cambio, las potencias largas estabilizan la dirección si bien la respuesta puede ser más lenta.
Ángulo de las potencias de carretera
La inclinación es el segundo factor que marca la diferencia entre una potencia efectiva y una que odiarás. Esta medida surge del ángulo entre el eje de la potencia y la perpendicular del tubo de la horquilla. En bicicletas de carretera acostumbra a ser de 6º y, una vez más, esta inclinación influye en la postura, que será más recta y atrasada. Un ángulo menor te inclinará más sobre la bici, algo que puede ayudarte en recorridos en los que prima la velocidad y la aerodinámica.
En los últimos años han ganado popularidad las potencias invertidas, que aunque sean parecidas a las potencias de carretera de siempre, se pueden instalar al revés, generando un ángulo negativo con sus pros y contras. Entre las ventajas se encuentra un aerodinamismo llamativo, ya que el cuerpo te queda pegado a la bici, pero esta postura, que en el fondo está dejando caer todo tu peso sobre la bici, es contraproducente para huesos y músculos. También beneficia en tramos concretos, como las subidas, donde ganas más estabilidad. Si por lo general sufres dolores en espalda, cervicales, muñecas, etc., mejor descarta este tipo de potencias para carretera, ya que puedes empeorarlos. En cambio, si te consideras un ciclista técnico y con capacidad para compensar los puntos negativos de esta forma de conducción, adelante, lo tendrás más fácil para conquistar segundos al crono.
Diferencias entre potencias para bici de carretera y bicicleta de montaña
Aunque cada marca puede aportar sus ideas al diseño de las potencias de bicicleta, no existen diferencias llamativas entre las potencias para carretera y las potencias para MTB. Pero si existe una que destaque, es el peso. Mientras que en las potencias de carretera la ligereza es fundamental, en los diseños para bicicleta de montaña, así como en las potencias de BMX, predomina la resistencia y, por lo tanto, la masa del periférico. No son cifras espectaculares, pero cuando lo que interesa es ir rápido, cada gramo cuenta. De ahí que el ciclismo de ruta se esté pasando en masa a las potencias de carbono. No es el material más resistente del mundo, pero sí uno de los más ligeros. Estas potencias son algo más caras pero no llegan a los precios del titanio, un material que alcanza nuevas cotas de ligereza. Aun así, el material estrella sigue siendo el aluminio, por su peso reducido, por lo maleable que es y por su resistencia ante pequeñas contingencias. Además, en caso de accidente, el aluminio tiende a deformarse más que a romperse.