Un manillar exigente para una disciplina exigente
El triatlón pide mucho de ti. Es duro en todos los sentidos, ya que combina carrera, natación y ciclismo en un espacio de tiempo prolongado. Los recorridos también son difíciles, ya que, dependiendo de la competición, te las verás con tramos muy técnicos y otros de llamativo desgaste físico y mental. Equiparse bien es fundamental para llegar a la meta.
El manillar de triatlón es uno de los primeros componentes a comprar con cabeza, aunque primero debes prestar atención al rendimiento que quieres obtener de él, qué posiciones requiere el circuito que transitarás y anticiparte así al desgaste que experimentarás.
La gran mayoría de los manillares de triatlón presentan dos barras paralelas que experimentan una leve torsión en la parte central. La diferencia respecto al resto de manillares de ciclismo es llamativa, ya que estos tienden a las estructuras horizontales o mínimamente inclinadas por los extremos. Esta inclinación, venga del propio manillar, de los acoples que le instales u otras piezas de triatlón, facilita distintos agarres, cada uno de ellos con sus respectivas posibilidades técnicas. La principal es inclinar el cuerpo de una forma distinta, tanto en recta como en curva, apoyando los codos en una superficie estable y repartiendo así tu peso. La fatiga se reduce considerablemente y las lesiones por desgaste son menos probables. En el fondo, el ciclista de triatlón no suele sentarse de forma tradicional; pasa encogido la mayor parte del trayecto, una postura nada natural.
Los manillares de triatlón destacan también por sus materiales, con una fuerte presencia del aluminio en los modelos de gama baja y media; el manillar de bicicleta de carbono queda reservado a los modelos de gama alta, con una inversión económica superior pero con resultados inmediatos, en especial, si quieres reducir el peso de tu bici. En cualquier caso, ambas opciones son muy buenas para mejorar el rendimiento. A eso, súmale refuerzos y acolchados que garantizan el agarre, así las manos se mantienen firmes en todo momento.
La clave en todo momento es superar los cambios bruscos a los que están sometidas las bicicletas de triatlón, sobre todo, al tomar las curvas, con una relación entre la rueda delantera y el manillar que ha de ser precisa, con capacidad de reacción en todo tipo de circuitos, no solo los secos, también en los embarrados.
Los manillares de triatlón tienen unas medidas que oscilan entre los 254 mm hasta los 314 mm. En la elección depende tu altura y peso.