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Calas para Bici de Carretera - Tu Conexión con el Mejor Rendimiento

Las calas para bici de carretera son la versión específica de las calas de siempre, la unión perfecta y segura entre los pedales automáticos y tus zapatillas de ciclismo. Con estas calas, el agarre está asegurado, así como la maniobra en situaciones que se salen de lo habitual. El ciclismo de carretera nunca había sido tan sencillo con este práctico accesorio, donde las mejores marcas ponen todos su conocimiento y tecnologías en la creación de un producto fiable, fabricado en materiales resistentes y duraderos y con un sistema de anclaje que sea fácil de poner y quitar. Leer más

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Principales datos sobre las calas para bicicleta de carretera

Las calas de ciclismo de carretera difieren de otras calas con, en apariencia, la misma función, como las calas MTB. Al ser un tipo de ciclismo con otras reglas, sus prestaciones también son diferentes, con mayor énfasis en el agarre del pedal que en su movilidad. En el ciclismo de carretera puedes pasar más tiempo sin enfrentarte a un obstáculo o cambio súbito del recorrido, un lujo que en la montaña no te puedes permitir. 

El recorrido histórico de las calas para bici de carretera discurre paralelo a los pedales automáticos, nacidos a mediados de los años ochenta. En las últimas décadas se han asentado como un estándar en un amplio rango de disciplinas gracias a la seguridad que proporcionan tanto a los profesionales como a los entusiastas de la bici.

La clave es que este tipo de pedales de bicicleta aprovecha al máximo la potencia que generas al pedalear. El pie, al quedar inmovilizado, no la disipa cada vez que damos una pedalada en falso; incluso sistemas clásicos de fijación como los calapiés han demostrado ser menos efectivos que un buen par de pedales automáticos, hasta el punto de quedar relegados a bicicletas de gama baja o, directamente, bicis infantiles.

Tipos de calas para bicicleta de carretera

Dentro de las calas para ciclismo de carretera, vemos que existen dos tendencias: emplear calas fijas o calas flotantes.

Las calas fijas, como su nombre indica, no van más allá de su función y retienen la zapatilla de ciclismo por completo. Ofrecen las ventajas de las calas, pero la experiencia siempre es la misma, no presenta mayores sutilezas una vez están colocadas en la suela.

Las calas flotantes añaden una mínima movilidad, ya que permiten desplazar la punta del pie hacia ambos lados. Esta libertad de movimiento es sutil, con un rango de grados que, sin liberar el pie, facilitan la pivotación y el movimiento rotacional. De este modo, la tensión disminuye y facilita distintos tipos de pedaleo que, no solo afectan al pie, también al movimiento de las rodillas. Los grados de las calas flotantes van de 0-15º. Con cero, técnicamente, ya serían fijas, mientras que las calas de ciclismo que alcanzan los 15º grados permiten una movilidad llamativa del pie, aunque cuidado, ya sabes que cada ciclista es un mundo y lo que a otros les puede ir bien, para ti puede ser una fuente de problemas. Una cifra de flotación alta suele compensar configuraciones articulares que, de otro modo, derivarían en lesión; por otra parte, un exceso de floating puede hacerte caer en vicios de pedalada que, con el tiempo, acaben por lesionarte.

Propiedades de las calas para bici de carretera

Generalizar en este punto solo puede conducirte a la confusión, ya que cada marca ofrece un rango lo bastante amplio de calas para que tengas que pensar la decisión. Eso sí, puedes atender a los siguientes puntos para aclarar ideas o confirmar si estas responden a tus exigencias:

  • La cala puede ser antideslizante, favoreciendo así la fijación. Ideales para salidas en las que la lluvia puede sorprenderte.
  • Peso de las calas. Dependiente en todo momento de los materiales empleados. Al igual que con otras piezas de la bici, las calas se ofrecen en diferentes materias primas que te ayudarán en la interminable batalla por adelgazar la bici. Las principales son aquellas basadas en plástico, aunque también abundan los termoplásticos, conocidos por su flexibilidad a temperaturas altas.
  • Resistencia y durabilidad. Factor importante, ya que el desgaste de las calas de carretera es constante. Como mínimo, se ajustan y se quitan una vez por salida, sin tener en cuenta las pausas que hagas o las veces que el camino lo exija. La auténtica prueba de fuego viene de esos momentos en los que, sí o sí, tienes que dar unos pasos con ellas. Ahí es donde expresan todo su rendimiento.
  • Encajes variados. Las calas suelen encajarse siempre de la misma forma, a excepción de algunos modelos que pueden colocarse, a modo de excepción, por los laterales del pedal automático. Como mucho, se les puede achacar que el desacople sea algo más recio para compensar tales características, pero no llega a convertirse en una pega.
  • Diseñadas para evacuar el barro. Aunque los ciclistas de carretera se meten en menos barrizales que los compañeros de montaña, nadie está a salvo de unas condiciones climáticas desfavorables. Estas calas, en combinación con el diseño del pedal y la suela de la zapatilla, pueden reducir notablemente la cantidad de barro y suciedad pegada entre esta angosta superficie.

Consejos para cuidar las calas el mayor tiempo posible

Puedes atender a:

  • Revisar las calas regularmente y, por seguridad, no las uses desgastadas ya que pueden darte un buen susto en medio de la marcha.
  • Limpiar las calas tras cada salida, en especial, si han estado en contacto con agua y barro. ¡Luego no te olvides de secarlas! Piensa que los tornillos que las ajustan son metálicos y se oxidan. Un tornillo oxidado tiene muchos puntos para pasarse de rosca o no encajar adecuadamente por mucho que los limpies a posteriori.

Cuidado con mezclar pedales de carretera, calas y tornillos de distintos fabricantes. De buenas a primeras te pueden parecer compatibles, pero en la mayoría de casos, no lo son. Esta decisión afecta al rendimiento y la durabilidad de las piezas implicadas.