¿Quieres saber qué ropa de bicicleta de carretera necesitas para rodar con cualquier temperatura? Consulta nuestra guía con recomendaciones de productos.
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En plena temporada veraniega, las temperaturas pueden superar fácilmente los 20 °C y la radiación UV aumentar considerablemente. Llevar la ropa de bici de carretera adecuada es clave para mantener el rendimiento en entrenamientos y competiciones; la mejor forma de disfrutar del sol hasta el último rayo.
Aunque con la ropa de verano se suele decir que «menos es más», hay algunos detalles clave para una regulación óptima de la temperatura y la protección solar. Durante un esfuerzo intenso, se genera mucho calor, por lo que unas zapatillas de ciclismo ventilados y calcetines finos y transpirables resultan imprescindibles para evitar el sobrecalentamiento de los pies. Tu maillot debe tener un cierre completo para que puedas refrescarte rápidamente en las subidas intensas. Y no olvides: unas gafas de sol deportivas protegen tus ojos de reflejos, rayos UV, viento, polvo e insectos, garantizando una visión clara y un toque estiloso.
Los tejidos transpirables, como el poliéster y el elastano, absorben rápidamente la humedad y se secan con rapidez, por ello son ideales durante los días calurosos. Los tejidos de microfibra también son ideales, ya que su estructura fina favorece la transpiración y proporciona una sensación agradable en la piel. Las propiedades neutralizadoras de olores, como los recubrimientos antibacterianos, son importantes para salidas largas o de varios días. En general, se recomienda el uso de tejidos claros, puesto que reflejan mejor los rayos solares.
Consejo de expertos: Lleva siempre los tejidos transpirables directamente sobre la piel para evitar rozaduras.
La ropa de ciclismo de carretera para hombre y mujer con protección UV integrada es indispensable en verano. Los tejidos de alta calidad bloquean hasta un 98 % de los rayos UV, dependiendo de la densidad y estructura del material. Los tratamientos especiales de protección UV en fibras de poliéster o nailon ofrecen un factor de protección UPF de 30 a 50+. Esto es de vital importancia, ya que los hombros y muslos están muy expuestos a la radiación solar cuando montas en bici. En comparación con los tejidos convencionales, los materiales resistentes a los rayos UV también ofrecen una mayor durabilidad.
El tejido de malla es un imprescindible entre la ropa de verano. Este material se fabrica con estructuras porosas que permiten una máxima circulación del aire. Al colocarse en zonas estratégicas como axilas, espalda, costados o dedos de los pies, las inserciones de malla previenen el sobrecalentamiento en las áreas de mayor sudoración. El sudor se evapora más rápido y la brisa del viento te aporta frescura, dándote una sensación de frescura y sequedad.
En la temporada baja, cuando las temperaturas oscilan entre los 10 °C y los 20 °C, las mezclas de lluvia, frío y viento suponen un desafío especial. Con una equipación de carretera variable, estarás abrigado y protegido del clima, incluso en temperaturas frías. De este modo, podrás concentrarte completamente en tus desafíos deportivos.
Durante el entretiempo, deberías optar por un sistema de capas para adaptarte a las temperaturas cambiantes. Los manguitos y perneras ofrecen máxima flexibilidad, ya que puedes ponértelos o quitártelos fácilmente durante el trayecto. Para tus pies, es recomendable usar zapatillas con parte superior cerrada junto con calcetines cálidos para protegerte del frío y el agua salpicada. Por la mañana, una camiseta interior de manga larga, una braga de cuello, un casco interior y guantes ligeros te irán bien para proteger el pecho, la cabeza, el cuello y las manos.
En primavera y otoño, la clave es encontrar un equilibrio entre aislamiento y transpirabilidad. Muchas prendas de ropa para ciclistas combinan materiales como el poliéster, la lana merina o membranas técnicas para retener el calor y evacuar la humedad. Estos tejidos evitan que te enfríes en los descensos rápidos, mientras que, al mismo tiempo, regulan el sobrecalentamiento en los ascensos. Membranas como Gore-Tex Infinium o Windstopper permiten una circulación de aire dirigida, brindando protección contra las inclemencias del tiempo.
El clima puede cambiar cada hora durante los meses de entretiempo. Por ello, deberías tener una equipación resistente al viento y al agua en tu armario de ropa para bici de carretera. Las chaquetas cortavientos o los maillots de manga larga protegen la parte superior de tu cuerpo del aire frío y la lluvia ligera, sin limitar la libertad de movimiento. Las chaquetas de alta calidad a menudo tienen mangas preformadas y partes traseras extendidas, que te protegen de manera óptima en cualquier posición sobre la bici.
Consejo de experto: En caso de lluvia y salpicaduras de agua, los guardabarros son un complemento óptimo para la chaqueta cortavientos y los cubrezapatillas.
Manguitos y polainas, bragas de cuello y cubre casco, así como guantes ligeros, son las armas secretas en otoño y primavera. Los materiales elásticos térmicos proporcionan una sensación cálida en la piel gracias al forro interior ligero y, al mismo tiempo, son transpirables. Gracias a los puños con silicona, se ajustan de manera segura y antideslizante. Los accesorios contra el frío ofrecen la ventaja de que se pueden poner y quitar de manera sin problemas durante el viaje y guardarse de forma compacta en los bolsillos traseros. Esto los hace perfectos para las frías mañanas o en los descensos ventosos.
Aunque en invierno las temperaturas caigan por debajo de los 10 °C, el viento sea frío y la humedad o la nieve se sumen a estas condiciones climatológicas, si dispones del equipo adecuado podrás mantener la forma mientras ruedas al aire libre. Con las capas funcionales correctas, los materiales aislantes y las propiedades impermeables y a prueba de viento, te mantendrás caliente y seco. ¡Vivirás recorridos inolvidables incluso en invierno!
En invierno, un sistema de capas bien pensado (el llamado «principio de la cebolla») es esencial, especialmente para la parte superior del cuerpo. De este modo, puedes evitar con eficacia el enfriamiento derivado tanto de la escasa movilidad de la parte superior del cuerpo como del viento frío que protagonizan los largos trayectos por carretera. Para las piernas, recomendamos encarecidamente unos culottes térmicos con tirantes, lo que evita brechas de frío entre la capa base. Dado que las manos y los pies también se mueven poco al rodar en bicicleta de carretera, los guantes de invierno y las zapatillas de carretera con forro interior y protección contra la humedad son imprescindibles. Además, los cubrezapatillas de invierno también evitan que tus pies se enfríen.
En invierno es importante que los materiales aíslen el calor y al mismo tiempo redirijan el exceso de humedad. Los tejidos térmicos con forro interior de felpa cepillada ofrecen un almacenamiento efectivo del calor, mientras que las membranas como Gore-Tex Infinium o Polartec NeoShell proporcionan una transpirabilidad dirigida, así como protección contra el clima. Los materiales funcionales como la lana merina son adecuados como capa base, ya que actúan de forma natural como aislantes y neutralizantes de olores, incluso en recorridos largos.
El viento frío y la lluvia son los mayores desafíos en invierno. Las membranas impermeables y cortavientos como Gore-Tex son la solución. Protegen de manera fiable el torso, las piernas, las manos y los pies, sin limitar la transpirabilidad ni la libertad de movimiento. Los materiales de neopreno son impermeables, elásticos y aislantes térmicos, ideales para ofrecer protección adicional contra la humedad a las manos y los pies. Las superficies de Softshell son tan densas que, incluso durante los descensos, no pasarás frío en los muslos con tus pantalones térmicos.
En invierno, los pequeños detalles juegan un papel importante. Las bufandas térmicas con ajuste en el cuello y un casco con forro y protección para las orejas mantienen la cabeza y el cuello calientes. Con unos buenos guantes de invierno, tus dedos se mantendrán calientes sin perder la movilidad, incluso haciendo frente a ráfagas de viento helado. Podrás cambiar de marchas y frenar sin problema. Para los días especialmente fríos, los pasamontañas o máscaras faciales ofrecen una protección adicional en las áreas sensibles de la cara. Los cristales de gafas claros o amarillos protegen tus ojos del frío y proporcionan un mayor contraste.
Consejo de experto: A veces, los mejores accesorios no son suficientes con un frío intenso. Con algunos ejercicios de calentamiento en casa, puedes activar tu circulación de manera óptima antes de salir a rodar.
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